jueves, 3 de diciembre de 2009

La Red como instrumento de resistencia.

Al acercarse a la Red Linda Leung descubre que esta se puede comparar a un medio para minorías, como el cine independiente, en el sentido de que se emplea como instrumento de representación por parte de las minorías étnicas y para minorías étnicas. La autonomía de su proceso de distribución es suficiente para que las comunidades étnicas puedan producir, distribuir y consumir sus propias representaciones de la étnicidad sin la mediación de las instituciones y sin depender de las fuerzas del mercado. En este sentido la Red se utiliza como instrumento de resistencia.
Si no se tienen en cuenta las desigualdades estructurales de acceso, la Red evita la exclusión y el esencialismo porque sus representaciones de la etnicidad minan las tradicionales de los medios de radiodifusión ya que en Internet puedes elegir y participar de la producción.
Mediante la apropiación de las minorías de la Red consiguen por un lado resistir a las construcciones blancas y dominantes de la etnicidad y por otro forjar sus propias autorrepresentaciones y participar en la producción de imagenes de la etnicidad que, al igual que en el cine negro independiente, proporcione un punto de vista y una actitud lectora alternativos a la "mirada blanca" desde la autoridad experiencial.
Pero la representación de la etnicidad no puede dejarse solo a las minorías étnicas ni únicamente puede evitar la simplificación cuando se autoconstruye.
Según Manuel Castell la divisoria digital esta en la capacidad educativa y cultural de utilizar Internet, de saber donde se encuentra la información, como buscarla, como procesarla, como transformarla en conocimiento específico para lo que se quiere hacer. Esa capacidad de aprender a aprender, esa capacidad de saber hacer con lo que se aprende, esa capacidad es socialmente desigual y esta ligada al origen social, al origen familiar, al nivel cultural, al nivel de educación.
Bajo la apariencia de la ausencia de jerarquías y la igualdad de oportunidades se oculta un refinado mecanismo de exclusión y la construcción de la diferencia no es más que una manera de presentar las distancias culturales, sociales y políticas que son legitimadas y naturalizadas con la justificación de que si las diferencias son naturales, las desigualdades también lo son.
En el racismo moderno los prejuicios no se muestran como actitudes de rechazo u hostilidad manifiesta sino como indiferencia o inseguridad y esto lleva a evitar el contacto.
El término extranjero lleva implícito la carga lingüística de extraño, la carga cultural de diferente y la carga jurídica de no ciudadano y su correspondiente ausencia de derechos.
Por eso, como Freire dice, educar debe consistir en crear la capacidad de una actitud crítica permanente que permita al hombre captar la situación de opresión a la que se halla sometido y entenderla como limitante y transformable.