sábado, 1 de marzo de 2014

Re-cordando al Agus


"RECORDAR: Del latín re-cordis, volver a pasar por el corazón." 

Conocí al Agus en Blanquerías cuando yo vivía con el Brasi y su madre. Lo conocí en el callejón donde vivía él, las Rosas y Carmen, allí venían también el Abogatti y el Niño a contarnos anécdotas de sus experimentadas vidas de calle, con la flauta en una mano y el sombrero en la otra para conseguir dinero cuando hacía falta.
El Agus trabajaba y cada mañana, aunque la noche hubiera sido muy larga o el sueño muy corto, él se levantaba de donde le hubiera llevado la noche y sus acólitos y se iba invariablemente a su trabajo. Era el chispas de la peña y de los pocos que aguantaba y cumplía con un horario laboral de forma habitual.
Ibamos a la catedral, la casa de comidas de Jose, allí trabajaba Guille, y poco después al Racó que se habían quedado el Agus y el Jorge (en ambos bares acabe trabajando yo también).
Alrededor de la plaza del Carmen Había mucha vidilla porque también por aquel entonces (1987-1988) se okupó la primera Casa Okupada en Valencia: El Kasal Popular de Palma 5 y allí nos fuimos a vivir el Abogatti, la Mari, el Pakote, yo y allí bajo su palmera del patio se abrió un bar, se bailo al son de Maniatica y juntos fuimos haciéndonos más grandes y más amigos.
En ese tiempo lo recuerdo viviendo con la Carmen la llarga, Ramontxo y el Hipie en la calle San Vicente.
Era muy buen conductor, le gustaba conducir y con él fui a innumerables fiestas, conciertos, excursiones, acampadas, bajadas al moro, jeje, recuerdo una en concreto con Javi, el Acelerao, nos hicieron una "foto" acorde con el lugar y el momento, y en medio de los montes del Rif nos pintaron un cuadro que regalé al Fonso, porque en él también estaba Josetxu.
Si alguna vez nos quedamos colgados fue por alguno de los también innumerables coches de segunda mano que tuvo, estoy segura que ni él sabía el número de estos. El Agus siempre estaba dispuesto a liarla, a llevarnos, a ayudar, a currarse lo que fuese, con ese buen humor y buena disposición constante. Luego es verdad que no tenía mucho aguante (seguramente debido a que era el único que invariablemente madrugaba) y siempre se dormía a mitad de fiesta y en cualquier lugar, yo llegué a verlo durmiendo con la cabeza apoyada en el bafle del escenario de un concierto.
Aunque fué un gran amigo y tuvo muchos amantes no llego a tener ningún novio permanente y cuando apareció el Fer, el Agus encontró al hermano, al amigo y al compañero de su vida pero eso es mejor que lo cuente él...
Crecí contigo y una parte muy grande de ti esta en mi y me acompañará siempre. Gracias Agus.