sábado, 25 de mayo de 2013

Casi viva.


Ese domingo había más silencio de lo normal y durmió hasta tarde. Cuando despertó el sol inundaba toda la habitación y estaba bañada en sudor. Un agridulce sabor le subió por la garganta haciendole saltar de la cama en busca de un vaso de agua.
La noche anterior se bebió la vida a grandes sorbos como si estuviese apurandola, casi no recordaba como había llegado a casa pero tenía la certeza que se había traido consigo algo precioso que ya nadie le iba a arrebatar.
Por fin había escapado de la tiránica bestia que le tenía amarrada día y noche a la noria de las costumbres, enajenada, hipnotizada, muerta.
Olvidado todo placer comía cualquier cosa con tal de adormecer sus tripas; el trabajo lo realizaba como una autómata a la que hubiesen dado cuerda y no pudiese hacer otra cosa, sin interés, sin ningún atisbo de entusiasmo pero sin rebeldía tampoco.
A simple vista parecía una persona equilibrada, seria y poco comunicativa pero amable y educada, aunque nadie recordaba haber bromeado nunca con ella.
Aprendió pronto las normas, a base de golpes se volvió cobarde y tímida y tan insegura que siempre se creía la causa de todas las desgracias y errores. Llevaba la culpa marcada a hierro en sus carnes todavía jóvenes.
Cuando la mirabas a los ojos lo sabías, nunca miraba a nadie a la cara y ese color azul era tan transparente y claro que la traicionaba. Pero nunca lo supe con certeza hasta ese día en que ella me lo contó hasta vomitar todo el dolor, todo el miedo y toda la tristeza que arrastraba consigo.
La encontré acurrucada llorando en un portal como una niña perdida y después de mucho insistir conseguí que me contará que tenía que pasar la noche sola en casa y la sola idea le aterrorizaba; me quede perplejo porque mi vecina que yo supiese siempre había vivido sola. No entendía nada, la tranquilice y le pedí que me explicase lo que había pasado.
"Las tiendas han cerrado y mi televisor se ha estropeado"... Le propuse ir a un bar y allí la deje unas horas después todavía sola pero ya casi viva.

7 comentarios:

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Casi viva: siempre viva, aunque sola.

Txoni3 dijo...

La soledad es compañera necesaria en la vida, solo cuando la aceptamos crecemos y nos convertimos en seres autónomos y únicos responsables de nosotros mismos; lo malo es cuando nos sentimos extraños en el mundo, cuando no tenemos ningún sentido de pertenencia, entonces la soledad se convierte en una mochila pesada y dolorosa.

Txoni3 dijo...

Gracias por tu visita Pedro, despues de tanto tiempo desaparecida es un halago leer tu comentario.

Jexus dijo...

Hola Txoni 3
Ando leyendo un libro,sobre los nuevos alfabetismos que se dan en la red,y echando todavia un pequeño vistazo a tu blog me estoy dando cuenta de que va todo esto.
Viendo como escribis,pensais...tengo que reconocer que este mundo de los blogs y demas contiene mas cultura de la que podia imaginar y que verdaderamente es el futuro.
Espero dar la talla,aunque no sera nada fácil.
Gracias por dejarme tu comentario,el primero.Ha sido importante y gratificante para este novato

Rosa dijo...

Te he visto en el blog de Moni. He estado leyendo algunas cosas de tu blog y además de gustarme, he intuido por algunos comentarios que, también eres compi de educ.social???.
Bueno, que me alegro de haber pasado y de haberte leído.
Un beso.

Txoni3 dijo...

Que casualidad Rosa porque ayer buceando por el blog de Jeza(por el cual paso de vez en cuando pero de puntillas y en silencio), fuí a parar al tuyo por primera vez pero no me entretuve mucho porque estoy con examenes, porque sí estudio educación social en la UNED.

Rosa dijo...

Pues mucha suerte!!!!. Yo terminé ayer, menuda liberación.
Un beso.