viernes, 15 de agosto de 2008

"Cuando regresar es un sueño"

Los dias habían perdido la emoción de lo prohibido y la autodestrucción arrogante en la que me sumergí ya no era algo transgresor sino una carcel de la que no podía salir. Todas las mañanas me levantaba, con el cuerpo dolorido de una persona de 90 años que tan solo ha vivido 30, salía arrastrando los pies en busca de lo que me permitiría ser persona y olvidar los dolores, nada placentero, solo mi dosis para poder funcionar.
Llegar hasta alli impaciente y ponerme en la cola interminable y rezar por que fuese la cola correcta y tuviesen un material que por lo menos me quitase el mono, si no era asi no iva a poder reclamar a nadie y no tenía más dinero. Era como el pan de cada dia pero mucho más humillante. Los que vigilaban que no viniese la policia o que no hubiese broncas te trataban a empellones y tenías que callar si querías que te llegase el turno. Apenas sin hablar y como ganado asustado y domesticado permanecíamos en la cola y si habia que romper filas y esperar dos horas hasta que se fuese la policia pues alli fieles permaneciamos, temblando y simulando algo que sabíamos inútil y pensando en como habíamos llegado hasta alli pero sin atrevernos a plantearnos la forma de volver atrás.
Todo era como un rito automatico del que, hipnotizados, no podíamos salir. Las rejas las llevabamos dentro e invisibles cumplían su papel, me había dejado engañar y me habían robado las fuerzas y pensar que siempre luché por mi libertad y mi independencia; me consideraba una persona valiente hasta que esta especie de anestesico me robo la voluntad a cambio de una mezcla de euforia y tristeza que en un principio era literaria pero ahora se había convertido en penosa.
Mirarme en los ojos de l@s personas que todavía amaba me resultaba tan doloroso que poco a poco como sin querer y sin poder evitarlo me había ido alejando pensando que la distancia borraría mi pasado ya que no me atrevía a escapar a mi presente. De repente estaba a mil kilometros de mi mundo y sin un centavo, en una plaza cualquiera encontré un amigo y una "casa" que era una caseta de obras para guardar las herramientas, alli dormía por las noches y me despertaba por las mañanas, extrangera en cualquier sitio, más desarraigada que nunca.
Supongo que era una imagen excentrica, más siendo mujer y joven, viajar sola no era lo habitual, callejear inducía a dudas que podían ser fatales para mi. Pero poco a poco fuí perdiendo la verguenza, aunque nunca del todo, y pedí dinero, aparque coches y soñé con no ser yo, con no estar alli y volví a intentar escapar pero la cobardía también volvía con el yuyu y temblando y llena de dolor volvía al redil, a seguir trabajando para ellos.
Ibamos siempre allí, casi que le tengo cariño a esa choza desvencijada que me resguardaba del viento y me permitía fumar hasta encontrar la lucidez, porque este vino dulce te producía una lucidez y un pensamiento crítico que era lo que la hacía más insoportable y deseable a la vez; vivía en un abandono que me parecía inmoral sobre todo cuando pensaba en las personas que me querían pero yo no podía dejar de huir, esas cuatro paredes desvencijadas eran como el vientre de mi madre, en ellas y por un rato encontraba consuelo y gente con la que conversar en lo más parecido que podía tener a un diálogo entre amigos. ¿Acaso merecía más?, elegí el camino de la soledad, libre pero sola y a merced de todo el mundo.¡Que ironía donde fuí a buscar la libertad!
Mi cuerpo estaba cambiando y yo no quería verlo, hasta que fué evidente y entonces, ya no por mi misma, fuí valiente al fín y abandone mi abandono y me enfrente al mundo, un mundo que me había producido mucho pesar y cuyo descubrimiento no había sido facil ni placentero pero en el que tenía que vivir y del que tenía muchas cosas todavía que aprender y otras por las que luchar. Rehacerme y encontrar todos los pedazos entre las cenizas fué largo pero también aparecieron trozos de mi misma que yo desconocía y eran yo y estaban alli, palpitantes y vivos. Construí con todo este puzle lo metí en una maleta y regresé.
LO IMPORTANTE NO ES LAS VECES QUE TE CAES SINO TODAS AQUELLAS EN LAS QUE TE VUELVES A LEVANTAR

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo dicho, me alegra que decidieses compartir lo que escribes, enganchas ...

Txoni3 dijo...

Gracias por leerme amiga, eres mi primera y única lectora.

Moni dijo...

Hola, Txoni, no creo que sea tu única lectora (y desde luego, tampoco seré la última) muchas veces las personas se pasan por los blogs a hurtadillas y no sabemos que nos leen pero lo hacen. Considero que es importante decirle a la persona que la leemos porque así tendrá ganas de seguir escribiendo, sobretodo si nos gusta lo que escribe y te diré algo, poca gente me llega como lo haces tú con tus escritos, besines,amiga, me encantó que me dijeses esa palabra